La reconciliación con el propio pasado se puede desarrollar a partir de la condena del colonialismo.
Es posible restablecer la verdad acerca de este periodo histórico cuando los países reconozcan su propia conducta como criminal.
Esto permite, junto a una extensa campaña de información, tomar finalmente conciencia de lo que pasó durante aquel periodo obscuro y también sentar las bases para una profunda reconciliación por parte de la población de los países colonizadores, resentidos por las atrocidades comitidas por sus antepasados.
Todo esto conllevaría a superar la difundida mezcla de olvido colectivo y racismo que se ha formado por las políticas coloniales en los siglos pasados, creando las premisas para la presentación de las disculpas a los países colonizados.
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