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La campaña para eliminar la deuda que ha alcanzado una dimension importante en los años 90 del siglo pasado, y dentro de esta campaña existieron diferentes tipos de posiciones. Algunas de ellas pidieron eliminar la deuda como tipo de reparación por los daños causados de parte del colonialismo.
La mas conocida de las campañas es la de Luis Britto Garcia, profesor universitario venezolano que en el 1990 publicò el “Discurso del cacicco Guaicaipuro Cautemoc”. El protagonista, inmaginario descendiente de los antiguos y nativos lideres venezolaños, pide a los lideres europeos contar todos los daños causados de parte de los paises colonizadores y continuar para compenzar el daño con las deudas de los paises colonizados.
La otra campaña, puede que sea menos conocida pero igualmente importante, es la del Comitee para la eliminacion de la deuda del tercer mundo (CADTM), una asociacion belgica constituida en el 1990 donde hacen parte las personas juridicas y las personas fisicas de Europa, Africa, America Latina y Asia y miembros del Consejo internacional del forum social mundial. La asociacion considera la eliminacion de la deuda como un preliminar indispensable pero todavia insuficiente y reclama tambien el pagamento de un reparación de parte de los paises mas industrializados por los saqueos que sucedieron en los ultimos siglos en los paises perifericos. Los ultimos 5 siglos fueron, en particular, marcados de parte de las conquistas coloniales, de el trafico y deportacion de negros, de la exterminacion de los pueblos autoctonos, de la aniquilacion de las culturas autoctonas, si no es que hablamos de una civilizacion entera, empobrecimiento de todas las reservas naturales y destruccion del ambiente y la esclavitud del sistema de la deuda externa es una forma indirecta de explotacion. Esto da derecho a los pueblos perifericos, victimas de los saqueos y explotacion de recibir un reparación. Por lo cual segun la asociacion, transformar la ayuda publica al desarrollo en fondos de reparación, triplicando el total prometido en la conferencia de Rio del 1992 de al menos el 0,7% del Producto Nacional Bruto.
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