Trás el desarrollo de la “Revolución industrial” la necesidad de mano de obra se sustituye con la de materias primas, dando así impulso al desarrollo del imperialismo. En la segunda mitad del siglo XIX, las grande potencias coloniales se reparten el resto del mundo empezando la creación de inmensos imperios coloniales que cubren más de la mitad de las tierra emersas.
Sólo después de la “Segunda guerra mundial” la descolonización se extiende como una mancha de aceite, dejando por otro lado paises que, aunque formalmente independiente, siguen siendo dependiente de la vieja “metrópoli”.
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